El presidente de la Sociedad Menéndez Pelayo, Borja Rodríguez Gutiérrez, intervino en la Casa de Cultura de Torrelavega para profundizar en la vida de Ernesto García Ladevese (Castro Urdiales, 1850 -Madrid, 1914), periodista, poeta, novelista, conspirador político y defensor a ultranza de las ideas republicanas por las que sufrió varios exilios a lo largo de su vida.
Borja Rodríguez es un gran conocedor de la vida y obra de García Ledevese. Ha sido editor de sus obras de poesía con la publicación de ‘Vida y poesía de Ernesto García Ladevese’ y del libro ‘Memorias de un conspirador republicano’, en el que se recogen sus aventuras durante las diferentes conspiraciones republicanas de finales del siglo XIX.
La conferencia de Rodríguez Gutiérrez se inscribe en el ciclo ‘El hilo de la historia’ que organiza Bisalia. Amigos del Patrimonio de Cantabria y que el pasado día 15 se dedicó a José María Quijano y las Forjas de Buelna a cargo de Sara del Hoyo. El ciclo terminará el 29 de marzo con la intervención de Domingo de la Lastra que tratará sobre la arquitectura de la primera mitad del siglo XX en la obra de Deogracias M. de la Lastra.
El acto estuvo presentado por Enrique Rodríguez, representante de Bisalia.
García Ladevese desarrolló su labor poética durante su juventud, ya que posteriormente se dedicó de lleno a la actividad política, comprometiéndose con las ideas republicanas y revolucionarias a las órdenes de Manuel Ruiz Zorrilla. Durante su residencia en Madrid colaboró en varios periódicos.
Publicó varios libros de poemas, faceta en la que consiguió sus mejores logros. Contemporáneo de Bécquer, periodista en Madrid al mismo tiempo que el sevillano, su producción poética tiene muchos puntos de contacto con él. Su obra está compuesta de cuatro libros escritos cuando el autor tenía entre 17 y 21 años: ‘Baladas y Cantares’ (1867); ‘Fuego y Cenizas’ (1868); ‘Meditaciones’ (1869) y ‘Olas del Mar’ (1870), libro dedicado a su ciudad natal. Otros poemas que se encaminan a ensalzar el paisaje del lugar donde nació y pasó su juventud son ‘Al cementerio de Castro Urdiales’ y ‘La romería de Mioño’. Algunas de sus poesías aparecieron en diversas publicaciones literarias, destacando “Ante una tumba” y “Al ponerse el sol”.
En su producción literaria se incluyen las novelas como ‘La carcajada’ (1872), ‘Los misterios de Madrid’, ‘Dramas ocultos de Madrid’ (1874), ‘Las grandes miserias’ (1874), ‘Historia de dos crímenes’ (1874), ‘La hija del corsario, La honra de la mujer’ (1876) y ‘El corazón de una madre’ (1875).
Fiel a sus ideas republicanas, tomó parte en la intentona de levantamiento del general Villacampo (1886), y tras cuyo fracaso se refugió en París. En la capital francesa tuvo ocasión de relacionarse con los notables ambientes intelectuales de la época. Fue corresponsal de La Nación de Buenos Aires, y conoció a Rubén Darío quien dedica una semblanza a García Ladevese en su Autobiografía. En París escribe crónica de viajes como ‘Fuera de la patria’ (1880) o ‘Memorias de un emigrado’ (1892).